"Sorolla quiso seguir pintando..."


«Una fina y templada mañana madrileña del mes de julio, en su jardín, Sorolla pintaba el retrato de mi mujer, observándole yo, a su lado. Éramos los tres solos, bajo una pérgola enramada. Levantóse una vez y se encaminó hacia su estudio. Subiendo los escalones, cayó. Acudimos mi mujer y yo en su ayuda, juzgando que había tropezado. Le pusimos en pie, pero no podía sostenerse. La mitad izquierda del rostro se le contenía en un gesto inmóvil, un gesto aniñado y compungido, que inspiraba dolor, piedad, ternura. Comprendimos la dramática verdad; la cuerda, extremadamente tirante, se había quebrado. (Sorolla sentía el pavor y el presentimiento de la parálisis; años antes había padecido un amago). Aun así y todo, rebelde contra la fatalidad que ya le había asido con su inexorable mano de hierro, Sorolla quiso seguir pintando. En vano procuramos disuadirle. Se obstinó, con irritación de niño mimado a quien, con pasmo suyo, contrarían. La paleta se le caía de la mano izquierda; la diestra, con el pincel más sujeto, apenas le obedecía. Dio cuatro pinceladas, largas y vacilantes, desesperadas; cuatro alaridos mudos, ya desde los umbrales de la otra vida. Inolvidables pinceladas patéticas! “No puedo”, murmuró con lágrimas en los ojos. Quedó recogido en sí, como absorto en los residuos de luz de su inteligencia, casi apagada, de pronto, por un soplo absurdo e invisible, y dijo: “Qué haya un imbécil más, ¿qué importa al mundo?”»

Escrito por Ramón Pérez de Ayala tras presenciar el 17 de junio de 1920 como a su amigo Joaquín Sorolla y Bastida sufría un ataque de hemiplejía que le retiraría definitivamente de los pinceles.

Esta entrada nada tiene que ver con el espíritu inicial del blog... pero no me importa.Es un homenaje personal a Don Ramón, primo de mi bisabuela, Encarnación Rodríguez Pérez, porque el Pérez era por un lado y el Ayala, por otro, hasta que Don Ramón puso un "de" para pasar a la posteridad... pero esto es otra historia...Un homenaje más bien a mi abuela, que siempre presume de su tío...
Pero sobretodo, un homenaje al arte, a los escritores y a los pintores...Gracias a todos a los que ya no están pero una vez más, y sobretodo, A LOS QUE ESTÁN, haciendo arte de sus pensamientos, de sus plumas, teclados, pinceles o ratones ¡me da igual! No desistáis, que un imbécil más, no sé al mundo, pero a mí si que me importa.



Comentarios

  1. El objetivo de esta entrada es visualizar el texto junto al retrato, en la red existen referencias, pero no coexistían en el mismo espacio, que es como entiendo deben estar.

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