L.A. Invisible City y Sandra de la Loza


Detrás de una pesada puerta giratoria dorada, que impone utilizar, con un cartel que no dice nada, sólo porque una vaga relación me dice, que Los Ángeles ha sido la ciudad invitada este año en ARCO, quizás sea una exposición de arte contemporáneo, con timidez y respeto, giro la puerta esperando que alguien me requiera un precio por entrar.

La Internacional me atrae hacia la derecha -gran paradoja, así escrito, pero real- leo el cartel de dónde sale el sonido, más para esquivar la mirada del guardia de seguridad, que te encuentras de sopetón, que por merecido interés. La historia es tierna y triste, es parte de nuestra historia. Me deja un poco tocada, como todo lo que me recuerda la dictadura y la opresión, deambulo por la exposición, con la sensación de haber empezado por el final y no por el principio -no me dice nada, nada-

Cuando los ecos de la Internacional desaparecen, busco una instalación que no encuentro, bajando unas escaleras que me temo, no debiera estar bajando, el cordón deja un hueco, nadie me dice nada, esquivo miradas de los trabajadores, por si acaso, vuelvo al hall principal, con tranquilidad y disimulando, con sensación de vacío total.

Vuelve a sonar la Internacional en bucle y sufro por el guardia de seguridad que puede estar horas con ese sonido continuo, qué crueldad, este hombre va salir odiando el himno de los trabajadores y nadie pensó en él, trabajador, el resto de la exposición está en el más absoluto silencio, ¿quién ha sido el alma cruel que ha instalado la única obra sonora a menos de 2 metros del único puesto de trabajo de toda la exposición? - en bucle, imagina, horas de trabajo- Debiera existir una ley al respecto - cruzo pensamientos con los villancicos y las trabajadoras de ciertas famosas galerías con el peor gusto musical - Si no existe, insisto debiera existir una ley al respecto.

Sólo me queda un artista por ver, una tal Sandra de la Loza, empiezo ojeando el texto que acompaña a su nombre, éste se puede leer bien -no se puede decir lo mismo de todos los artistas, luz, reflexión, brillos y reflejos, tonterías básicas que parecen insistir en escaparse- Salta una alarma en mí, interesante "Pocho Research Society". Aparentemente, la instalación más pobre, cuatro folios pegados, cuatro fotos y unas flechas ¿para qué más? Leo con atención, estoy animada -!voy a salir contenta!-

Me dirijo resuelta al mostrador del guardia, el hombre que no se encontraba en su sitio -no me extraña- aunque no muy lejos, al verme acercarme, se apura, por no encontrarse en su lugar, corre a atenderme, me atrevo a mirarle -estoy contenta- le lanzo mi mejor sonrisa, busco el poster de información de mi descubrimiento del día, Sandra de la Loza, y empujo la gran puerta con brío, salgo a la luz del día.





"L.A. Invisible City"
Está en la sede del Instituto Cervantes de Madrid, en la calle Álcala 49, hasta el 21 de Marzo.




Pocho Research Society, Sandra de la Loza
Operation Invisible Monument



Comentarios

  1. Alguien me ha criticado que no se entiende a qué me refiero con esta entrada.
    Puede entenderlo como una crítica a una exposición, o como constatación de un descubrimiento.

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